En los últimos años la tradicional pizza porteña tiene competidores en Buenos Aires. Primero fueron los estilos napolitano o de Nueva York. Ahora, a estos hay que sumarle la pinsa romana.
Tiene apariencia de focaccia, alta y aireada, y también grandes similitudes con la pizza al taglio (corte) que se corta con tijera en los locales de venta callejera de Italia.
La base es crocante y su forma es ovalada. Se cocina a 300° en horno eléctrico y su característica fundamental es la mezcla de harinas que se utilizan para su elaboración: harina de trigo, de arroz y soja.
Debido al mix de harinas que contiene y al tiempo de fermentación en frío que puede llegar a 72 horas, el resultado es una pizza (o pinsa, mejor dicho) más digerible y liviana.
La pinsa romana tiene 22 años aproximadamente, sin embargo, este preparado de harinas, agua y levadura traspasó las fronteras de Italia y llegó a cientos de puntos cardinales muy rápidamente.
Dónde probar pinsa en Buenos Aires
Pinsa Totti con pepperoni (Jorge Newbery 3001): el nombre homenajea al mítico enganche ídolo de la Roma. Los dueños conocieron este estilo en una exposición de pizzas en Las Vegas.
Pinsa romana blanca con mozzarella, gorgonzola, pera y nuez de Ammazza (Honduras 5761): su fórmula es utilizar 85% de harina de trigo, 10% de harina de arroz 10% , y 5 % de harina de soja. Una vez logrado el bollo, pasa 48 horas de fermentación en frío.
Como novedad, Ammazza permite pedir dos sabores en la pinsa. Y ofrecen tres estilos: blanca (sin salsa), roja (con salsa de tomate) y verde (untada con pesto).
En La Zarpada de San Telmo (Carlos Calvo 581) ofrecen pizzas fusión porteña y pinsa romana. están hechas con la mezcla de tres harinas y cuentan con 48 horas de fermentación. Al unir dos estilos de pizza prosperó el tamaño redondo de la porteña.